Joven empresaria y emprendedora, transmite el optimismo y la fuerza de su juventud, aunque reconoce el gran esfuerzo que ha tenido que hacer para conseguir el éxito que hoy supone Solopizza en Moralzarzal.
“De pequeña siempre me han inculcado que primero es el deber y luego el placer»
«Agradezco la idea de negocio a mi padre, la constancia a mi madre, pero mis hermanos y yo hemos trabajado y trabajamos duro”.
JF. ¿Empezaste pronto en la Pizzería?
G. Mis padres llegaron con el negocio a Moralzarzal en 1992 y yo nací en el 86, así que era muy pequeña. Recuerdo que empecé a ayudar con 14 años, coger el teléfono, cobrar… Cuando tenía 16 años mi madre debía ocuparse de otras cinco pizzerías abiertas en otros municipios y decidió dejarme al frente de Solopizza Moralzarzal, siempre bajo su dirección. Debía ser el año 2002.
JF. ¿Así que fuiste al cole en Moral?
G. Si, fui al San Miguel Arcángel y la Secundaria la hice en el Fontenebro. Al terminar ya estaba trabajando y me decidí por un módulo de Administración y Finanzas que era lo más adecuado para lo que iba a hacer.
JF. ¿Cómo recuerdas el Moralzarzal de tu infancia? Y enseguida se le ilumina la cara con una amplia sonrisa antes de contestar sin rodeos y contundente.
G. Lo mejor del mundo. Recuerdo estar jugando en la calle con los niños y todo el tiempo. Nos hacíamos amigos de jugar en la calle incluso antes de conocernos en el colegio.
La Pizzería estaba entonces en la Plaza -al inicio de la Calle Iglesia- y estábamos siempre allí. Lo que más recuerdo es una zona de arena que había cerca del Bar de Juanjo porque es donde jugábamos a las chapas y a las canicas. Las chapas la conseguíamos en el Bar Centro y las canicas las comprábamos donde Marisol.
También utilizábamos dos de los bancos para nuestras porterías. Los cines de verano, las Fiestas… y aquel trozo de arena del Bar de Juanjo, era todo mucho más sano.
JF. ¿Cuándo decides hacerte empresaria?
G. Fue hace unos siete años. Llevaba trabajando desde los 16 años, vivía con mi madre y mi cuerpo me pedía otra cosa, necesitaba independencia. Surgió la oportunidad de gestionar Solopizza Moralzarzal y así me convertí en empresaria y pedi mi primer préstamo.
El nombre de Solopizza es de la familia, así que hace un par de años me lance a abrir Solopizza en Villalba y ahora tengo las dos.
JF. ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? Piensa unos instantes y enseguida se decide.
G. Lo que más me gusta es el ambiente de trabajo. Los trabajadores que tengo son gente joven y por las características del trabajo rotan mucho. Me encanta enseñarles lo que yo sé hacer y cómo hacerlo. Ahora tengo 15 empleados y me gusta darles mucha confianza. El trabajo en equipo me encanta, tenemos muy buen ambiente y de esta relación laboral salen amistades muy fuertes. Con la inmensa mayoría de las personas que han trabajado en la pizzería tengo una relación muy buena.
JF. Está genial tener un gran ambiente, porque la vida de empresaria tendrá otros aspectos menos agradables.
G. Lo que menos me gusta es lo que está detrás del telón, la parte de atrás de la gestión empresarial, los temas administrativos, gestión de nóminas y demás. Pero también me preocupan mucho los temas de seguridad, el riesgo que siempre se corre con las motos al llevar las pizzas a domicilio. Las preocupaciones siempre están ahí.
JF. Pasamos unos años de crisis económica ¿Cómo es ahora la situación de Solopizza?.
G. La verdad, no nos afectó demasiado la crisis económica ya que la pizza no es un producto de lujo, con una pizza comen unos cuantos niños. Se noto el impacto a nivel general pero más o menos seguimos como siempre. El pueblo ha crecido mucho y se nota que hay más trabajo. Tenemos nuestros clientes fieles de siempre y se incorporan nuevos. Ahora nos va bastante bien.
JF. Dices que Moral ha crecido ¿y ha cambiado mucho?
G. A mi me hubiera gustado que siguiéramos siendo más pueblo, pero el crecimiento viene muy bien para el negocio. Una cosa contradice a la otra, así que tengo el corazón un poco dividido.
JF. ¿En qué se diferencia Solopizza?
G. Nos importa la calidad por encima de todo, nuestro producto es 100% natural y saludable y nos formamos continuamente para estar al día en cualquier novedad que pueda surgir a nivel de producto y maquinaria. La ventaja de trabajar en un pueblo, en tu pueblo, es que los clientes se convierten en amigos y quieres darle a tus amigos lo mejor.
JF. ¿Cuáles son tus planes de futuro?
G. Me gustaría seguir expandiendome y llegar algún día a franquiciarnos y quien sabe, quizás termine conociéndonos el mundo entero (se rie) .
Lo que si espera a Giordana es un futuro inmediato de tremenda ilusión, que le va a cambiar la vida para siempre. Está embarazada y en julio va a tener su primer hijo, un niño ¡Enhorabuena! y que lo disfrutes mucho.
Entrevista: Juan Fco. Albertos. Fotos: Juan Carlos Martínez