Emilio es muy querido en Moralzarzal como empresario y sobre todo como persona. Lleva 35 años instalando chimeneas y su empresa –Chimeneas Emilio Paredes– es continuación de una larga tradición familiar.
“Chimeneas Emilio Paredes, más de 6.000 clientes satisfechos”
El agradecimiento de sus clientes -más de 6.000 en estos años- y el haber continuado el trabajo de su padre son las dos cosas que más satisfacción añaden a su trayectoria. Y lo primero que hace es dar las gracias a su mujer Inma y a sus hijos Lucía y Jorge “por aguantar mis largas ausencias” a causa del trabajo.
JF. ¿Empezaste a trabajar con tu padre?
E. Mis primeros contactos con las chimeneas son de cuando tenía 10 ó 12 años e iba con mi padre a las obras. Luego, mientras hacía la mili, iba con los instaladores de mi padre y les ayudaba, fue un tiempo en el que aprendí mucho. Yo había hecho la selectividad, pero al volver de la mili en 1985 mi padre planteó la idea de abrir una tienda aquí en Moral, le dije que si,.Abrimos la tienda de la Avenida de la Salud en la cual mi padre hacía las visitas, mi madre se ocupaba de la tienda y yo de las instalaciones..
JF. ¿Ha cambiado mucho tu profesión en estos 35 años?
E. Antes destacaba la atracción por el fuego. Se instalaban chimeneas abiertas por el placer de tenerlas encendidas y la sensación que produce. Ahora se busca más calentar toda la casa, la eficiencia energética.
JF. Supongo que la crisis de la construcción afectó a tu sector.
E. Coincidió más o menos que mi padre se jubiló y yo quise dar un impulso a la imagen de la empresa. A finales de 2005 abrimos la nueva tienda y exposición en la Avenida España, 6 y 8. Y eso nos vino muy bien. Antes de la crisis trabajábamos mucho con grandes constructoras que construían grandes promociones de viviendas y ahí teníamos muchísima demanda, era casi como un trabajo fijo. Con la crisis perdimos a las constructoras, pero la nueva imagen de la tienda y exposición nos benefició mucho y ganamos un gran mercado de clientes particulares, que es el que todavía predomina. Mi padre se jubiló, pero siempre estuvo conmigo. Me enseñó el negocio y yo aporte mis ideas, sobre todo en instalaciones. Llevo instalando desde los 19 años, he visto mucho, he aprendido mucho y eso me da mucha experiencia.
“El agradecimiento de los clientes por el trabajo bien hecho es lo que más satisfacción me produce”
JF. ¿Como recuerdas el Moralzarzal de tus inicios?
E. Más entrañable, aunque las calles fueran de tierra, nos conocíamos todos, nos saludábamos… con sus ventajas y desventajas. Vivíamos en Madrid, pero éramos veraneantes fijos desde 1970, No fallábamos un fin de semana, ni vacaciones. Estuvimos muchos años en una de las casas de la piscina Roseles hasta que en 1985 abrimos la tienda y nos trasladamos a la Avenida de la Salud. En ese momento yo me quedé a vivir solo en Moral, recuerdo que comía todos los días de diario en Los Laureles cuando estaba Kike y mis padres y mi hermano venían los fines de semana, Un par de años después decidieron que nos quedábamos todos a vivir aquí.
JF. Y jugabas al fútbol en aquel equipo mítico -lo de mítico es porque yo también estaba- de varios ascensos seguidos en la primera mitad de los 80. Con José Estévez de presidente y con Segovia, Gigi, Michel, Carlines, Miguel y otros muchos igual de importantes en el campo.
E. Son de los mejores recuerdos que tengo. Me lo pasé tan bien que repetiría. Los campos y las instalaciones no tenían nada que ver con lo que hay ahora, pero aquella ilusión por jugar, por juntarnos, por tomarnos unas cañas después de los partidos… eso no se paga con dinero. Teníamos un grupo estupendo. La clave es disfrutar y nosotros disfrutábamos mucho jugando. Y también los años que jugamos luego a fútbol sala. Es increíble que la gente que nos vio jugar todavía nos recuerda, Me encuentro gente en las obras que me reconoce y me dicen que fue una gozada habernos visto jugar. El otro día en Navacerrada un señor me dijo “tu jugabas al fútbol sala con los de Moral, es el mejor equipo que he visto en mi vida”.
«Nos adaptamos a las necesidades del cliente y hacemos una instalación perfecta, con el material adecuado, eso te lleva al éxito»
JF. ¿Cuáles son las claves tu éxito?
E. Mi padre me enseñó que hay que irse de un sito dejando las cosas bien hechas. Nos adaptamos a las necesidades del cliente y hacemos una instalación perfecta, con el material adecuado, eso te lleva al éxito. Al final nuestros clientes son amigos y seguimos ganando mercado. Siempre lo barato sale caro.
JF. ¿Con qué te quedas de tu trayectoria?
E. Con la satisfacción que me devuelven los clientes, con su agradecimiento por el trabajo bien hecho. Tenemos más de 6.000 clientes satisfechos. Y también con haber continuado con el trabajo de mi padre. A él le hacía mucha ilusión y el haberlo conseguido es un agradecimiento a mis padres por todo lo que hicieron por mi. Lo malo es el desgaste físico, tengo la espalda fatal.
JF. ¿Qué objetivos de futuro te planteas?
E. Siempre estar al día de las últimas tendencias, ir a cursos, a formación, conocer las novedades. Es lo que he hecho siempre y voy a seguir haciendo. Tengo la tienda exposición en la Avenida España, una nave para almacén en Capellanía y estoy conforme con cómo me van las cosas, así que quiero seguir en la misma línea. Mi sector es estable en el tiempo, aunque en los últimos años ha entrado mucha gente que no es profesional. Grandes superficies y otras tiendas que venden a precios baratos y tu te las buscas para instalar. Se pierde profesionalidad y es muy peligroso.
Texto: Juan Fco. Albertos. Foto: Juan Carlos Martínez.
Entrevista y fotografía realizadas en el restaurante El Fogón de los Arrieros.
Chimeneas Emilio Paredes: Calle España, 6 y 8. 28411 Moralzarzal. Madrid.
Teléfono: 918 57 61 24.
Web: chimeneasemilioparedes.es
Email: informacion@chimeneasemiliopares.es